martes, 29 de diciembre de 2009

02. Nada De Sutilezas

- ¿Otro asesino poeta? –volvió a decir la voz estridente-

- Si y lo que cuelga del techo es el logotipo de su editorial ¿quien ha soltado al pitufo?

Mientras me giraba, descubrí que al menos en tamaño no me había equivocado, aunque el color era un poco mas afroamericano, con una gran perilla negra y unos ojos que me provocaron un escalofrió, desde el primer momento que pise la comisaria, en la que él para bien o para mal, manda.

- No aguanto sus niñerías, …

- Discúlpele señor – Preston contesto rauda-

- Encima no le defienda, debe empezar a encarar sus estupideces

- Discúlpeme Adric –dije sin convencimiento ninguno, me encanta cabrearle-

- ¿Cuántas veces le he dicho que me llame Delirij? Solo sigue aquí por su rendimiento, si por mi fuera, si por mi fuera ...

Estaría en Nebraska, pensé para mi mismo

- Estaría en Nebraska

Así era Adric Delirij, un hombre afroamericano, el más bajito de cuatro hermanos, lo que seguramente le proporciono una infancia de abusos y bromas fraternales, cuando tenía unos 9 años, uno de sus hermanos mato a su mascota, al peludo y dentudo Señor Needles, un ratón de granja, realmente no sé si fue un accidente o intencionado, pero ese hecho, hizo que su cabeza diera un giro en, no sabría decir cuántos grados, su hermano resulto hospitalizado, a pesar de sobrepasarle todo un metro, el pequeño Adric acorralo a su hermano y según lo oído, hoy día puede dar gracias de no haber caído en coma, desde aquel día, se convirtió en una especie de justiciero, casi verdugo, siempre que veía un abuso, actuaba, aunque su actuación fuera dejar al “criminal” inconsciente a golpes, lo que le acarreo la expulsión de números colegios. Ingreso en la policía por esa misma sed de justicia que le perseguía, casi como la compulsiva obsesión por el bien de Sophie, la sobrina de Gadget, claro, donde prosiguió su carrera de sanciones por brutalidad policíal, pero claro, el tiempo pasa para todo el mundo, y el vengador justiciero de Adric, apenas puede atarse los cordones sin que su espalda cruja, castigo de años de palizas, claro, lo que lo ha convertido en un ser que rezuma ira por sus poros, que no es más que sus ganas de aplastar caras, así que lo paga gritándome.

- ¿Que tenemos? –dijo, haciendo un gran esfuerzo por obviarme-

Pero no pensaba darle tregua.

- Básicamente el móvil del bebe Addams

Delirij aguanto su respiración, mientras sacaba un pañuelo marrón claro, con las iníciales A.D., del bolsillo de su camisa y se seco la frente, entonces miro a Preston.

- Me voy a la central, mándenme el informe en cuanto puedan

Y salió silencioso por la puerta del establo, seguramente pensando en algún bonito pueblo de Nebraska donde alojarme, Preston me miro con una de sus sonrisitas, que puede leer como ¿era lo que querías verdad?, enarcando mi ceja derecha ella leyó ¿acaso lo dudabas?.

Al fin pude volver la mirada al techo, seguían colgados, no goteaban, cuando los bajaran sabría si estaban secos de sangre o no, realmente me fascinaba, no el hecho de que 10 personas hayan acabado como adornos de un árbol de navidad, si no, que alguien se tome tanta molestia en crear, en formar, en hacer esta especie de arte, arte macabro. Mientras me emboba con el balanceo muerto de los cuerpos, el forense que hace un rato hacia las fotos, se percataba, de que un cable bajaba del techo hasta un interruptor que destacaba, básicamente por estar limpio e hizo algo muy lógico y racional, en una escena, accionarlo sin consultar.

Lo que ocurrió entonces provoco más interés en mí, aparte de un salto instintivo de Preston sobre mí, derribándome, pero sin conseguir que apartara la mirada del techo, todo el mecanismo comenzó a girar, pero de una forma peculiar, el cuerpo central giraba sobre sí mismo, mientras que los demás giraban sobre sí mismos y alrededor del central.

- ¿Estás Bien, Child?

- Heliocentrismo, Preston, Heliocentrismo

- ¿Te diste fuerte en la cabeza?

- No lo sé, míralo, es, es un modelo heliocéntrico, ese tío a montado un modelo heliocéntrico con cadáveres, deberíamos centrarnos en el sol

- Estamos en diciembre, Child

- Y parece que tus oídos se han congelado, míralo de una vez

Y contra todo pronóstico, no se levanto, se giro y se tumbo a mi lado, y ahí estaba la pareja aburrida del establo, viendo un espectáculo dantesco.

- El que está en el centro, es el sol, debe ser el más importante de las víctimas, el que relacione a las demás, el que las una, debemos centrarnos en el, dile a los forenses que le hagan la autopsia primero a el

En ese momento una cabeza rubia muy rubia, me tapo el plano del techo, era el agente impronunciable Wahnsinn, que por lo visto acababa de despertar del coma y venia a comunicárnoslo.

- Chicos, no sé qué ocurre, pero tenéis que iros al centro, hay otro

- ¿otro que, agente…? ¿otro qué?

- Otro cuerpo

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